¡Bienvenido!

Querid@ amig@, recibe mi cordial saludo; de alguna manera, tu visita al Blog, no es casualidad sino que es CAUSAL, sí, así como lo afirmo, es propio de la causa que mueve nuestras propias sensaciones en este hermoso Universo creado por un SER SUPREMO. Aquí eres bienvenid@ sin distingo de raza, credo o religión ni status social... ¡Somos herman@s e hij@s de la misma creación!

... y ten en cuenta que en el crecimiento personal, la libertad de credo, de pensamiento y de expresión,
y el respeto por la diferencia constituye un factor importante de amor y comprensión; por tal, lo que se expone en este blog puede ser de su interés, tal y como lo es para quien lo administra.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

A ti, que lees, Yo te hablo

 
Si, a ti, que durante tantos años, y en continuo ir y venir, has estado ansiosamente buscando en libros y enseñanzas, en filosofías y religiones, algo que no has sabido a punto fijo qué; no pudiendo ser, sin embargo, mas que: Verdad, Felicidad, Libertad, Dios.
A ti, que te sientes cansado, desalentado y has perdido casi toda esperanza.
A ti, que muchas veces has logrado percibir un destello de esa "Verdad", pero que, al seguirla y tratar de alcanzarla, la viste desaparecer en lontananza, como sucede con el espejismo en el desierto.
A ti, que creíste haberla encontrado en un gran instructor, reconocido como el jefe de alguna Sociedad, Fraternidad o Religión, y que a ti te pareció ser un "Maestro", por las maravillosas palabras de sabiduría y las obras que hacía; pero que, más tarde, pudiste darte cuenta de que ese "Maestro" no era sino una humana personalidad, con sus faltas, debilidades, secretos y pecados, tal como la tuya; aun cuando dicha personalidad pudo haber sido, no obstante, un conducto a través del cual se daban muchas hermosas enseñanzas que te parecieron la mas elevada "Verdad".
He aquí, alma necesitada y hambrienta, que no sabes a dónde ni a quien recurrir.
YO SOY quien a ti viene.
Y también, a todos los que habéis comenzado a sentir la presencia de esa "Verdad" en lo íntimo del Alma, y buscáis corroborar aquéllo que últimamente ha estado vagamente esforzándose, desde vuestro interno, por tener una expresión viviente en vosotros.
Sí, YO SOY el que viene ahora a todo aquél que sienta necesidad del verdadero "Pan de Vida".
¿Estás tú ya dispuesto a participar de él?
Si es así, despierta. Siéntate. Calma tu mente humana y obedece  fielmente Mi palabra, tal como aquí la expreso, pues de no hacerlo así, tendrás que retirarte desilusionado, una vez mas, y llevando en tu corazón el dolor de tu necesidad no satisfecha.
¡YO!
¿Quien soy Yo?
Sí.  Yo que hablo con tanto conocimiento y autoridad?
¡Atiende!
YO SOY Tú, ese en Tí que ES y SABE.
QUE SABE TODO.
Que siempre supo y siempre ha sido.
Sí, YO SOY Tú, Tu propio Ser; el que en ti dice: YO SOY, ¿ y qué es YO SOY?
Ese muy íntimo en ti y trascendente, que, a medida que vas leyendo, despierta y responde a esta Mi Palabra al percibir en ella Su Verdad; ese que reconoce la Verdad y descarta el error dondequiera que lo encuentra. Mas, no es ese que te ha alimentado en el error por tanto tiempo.
Porque YO SOY tu Real Instructor, el único real que habrás de conocer, el único MAESTRO.
Si, Yo, tu SER Divino, presente en el centro de tu corazón mental.
 
Yo, el YO SOY tuyo, traigo hasta ti este Mi Mensaje, Mi Palabra viviente, tal como he traído para ti todo en la vida, ya sea ello un libro o un “Maestro”, pobreza o riqueza, amarga experiencia o amor; todo para enseñarle que Yo y sólo YO, tu propio y Verdadero Ser, SOY tu Instructor, el único Maestro y el único Dios, Quien está y siempre ha estado proveyéndote, no sólo de Pan y Vino de Vida, sino también de todo lo necesario para tu sostén físico y acrecentamiento mental y espiritual.
Así, pues, todo lo que llame tu atención o despierte tu interés, a medida que vas leyendo, sabe que es Mi Mensaje hablado de lo interno a tu conciencia humana externa, y viene a ser una corroboración de lo que el YO SOY en ti siempre supo en lo interno, aunque no lo había aún puesto en términos bien definidos y comprensibles para tu conciencia externa.
Asimismo, debes saber que todo lo que, procedente de alguna manifestación visible o material, haya despertado siempre Tu interés, no ha sido sino la confirmación de Mi Palabra dicha a tu interior, manifestación tangible que fue el conducto o medio más apropiado de que Yo me serví en ese momento para llegar hasta tu consciencia humana e impresionarla.
Pero no SOY YO tu mente humana, ni su hijo el intelecto. Estos vienen a ser la expresión de Tu Ser, tal como tú eres la expresión de Mi Ser, siendo ambos, asimismo, fases de tu humana personalidad, de igual modo que Tú eres una fase de Mi Divina Impersonalidad.
Sopesa y estudia cuidadosamente estas palabras.
Yérguete y líbrate del dominio de tu personalidad, cuya mente e intelecto, vanidosos, tienden a glorificarse a sí mismos; ¡sí, decídelo ahora y para siempre!
Pero debes saber que, para que Mi Palabra penetre hasta la consciencia de Tu Alma, tu mente debe ser, de hoy en adelante, tu servidora y el intelecto, tu esclavo.
YO SOY quien viene ahora a la conciencia de tu Alma, a la que Yo ya he despertado expresamente, a fin de que se prepare a recibir Mi Palabra.
Así pues, si ya te sientes lo suficientemente fuerte para admitirla; Si ya eres capaz de dejar a un lado tus fantasías particulares, tus creencias y opiniones personales, que no son sino los desperdicios de otras que has ido recogiendo del basurero;
Si eres ya lo suficientemente fuerte para rechazar todo eso; Entonces, Mi Palabra habrá de ser para ti un manantial inagotable de Gozo y Bienestar.
Pero debes estar preparado para que tu personalidad dude de Mi Palabra, a medida que la vayas leyendo en este texto.
Porque ella sabe muy bien que, si abres tu corazón a Mi Palabra y le das allí albergue para siempre, desde ese momento su vida queda amenazada, pues ya no podrá seguir viviendo o medrando por más tiempo a tu calor ni, menos aún, dominar tus pensamientos, tus sentimientos, ni ninguna de tus actividades, tal como lo ha venido haciendo desde hace tanto tiempo.
Sí, YO SOY quien viene ahora a ti. Para hacerte consciente de Mi presencia; Porque has de saber que yo también he preparado a tu mente humana, de manera que ella pueda, hasta cierto grado, comprender Mi significado.
Yo he estado siempre contigo; pero tú no lo Sabías. Yo te he llevado intencionadamente por todo el Desierto de libros y enseñanzas, de religiones y filosofías, manteniendo siempre, ante la mirada de tu Alma, la visión de la Tierra Prometida.
Sí, alimentándote con el maná del Desierto para que pudieras recordar, apreciar, anhelar con vehemencia y valorar el Pan del Espíritu.
Y ahora, Yo te he traído hasta el río Jordán, que te separa de tu Divina herencia. Porque ha llegado el momento en que tú, conscientemente, Me conozcas; y cruces el río para llegar hasta Canaán, la Tierra de Leche y Miel.
¿Estás listo ya? ¿Quieres ir?
Si es así, sigue esta Mi Palabra, que es el Arca de Mi Alianza, y pasarás sin mojarte.
Lo cierto es que este "Yo" eres tú mismo, tu Verdadero Ser. Tu mente humana ha estado, hasta hoy, de tal modo absorta en la tarea de suministrar a su intelecto y cuerpo toda clase de complacencias egoístas, que no ha tenido tiempo de relacionarse con el Real Tú, su verdadero Amo y Señor. Y tú, por otra parte, has estado tan interesado en las sensaciones de tu cuerpo e intelecto, y te has sentido tan afectado por sus placeres y sufrimientos, que has llegado a creer que Tú eres tu cuerpo e intelecto, en razón de lo cual te has olvidado casi de Mí, tu Ser Divino.
Siéntate, y permanece quieto, de manera que desaparezca toda tensión de tu cuerpo (o sea, no teniendo los músculos en tensión), y, cuando te sientas completamente tranquilo y descansado, deja que en tu mente penetre el significado de estas palabras:  “¡Aquiétate! –y SABE – YO SOY Dios”.
Sin pensar, deja también que este Mi Divino Mandato penetre muy hondo en tu Alma. Deja también que, sin esfuerzo alguno de tu parte, entren libremente a tu mente cualesquiera impresiones que le lleguen. Toma nota, sin embargo, cuidadosamente, de la importancia de ellas, porque SOY YO el que, de lo interno de ti mismo, te está instruyendo por medio de dichas impresiones. Y entonces, cuando algo de vital significación comience a alborear en tu conciencia, habla estas Mis Palabras, lentamente, imperativamente, dirigiéndolas a cada célula de tu cuerpo, a cada facultad de tu mente, con todo el poder que conscientemente posees: “¡Aquiétate! –y SABE – YO SOY Dios”.
Háblalas tal como aparecen escritas (haciendo las pausas que indican las rayas), tratando de darte cuenta de que el Dios, que está en ti, impone y exige de tu ser mortal implícita obediencia. Medítalas profundamente, y busca en ellas hasta descubrir su oculta potencia.
Repítelas hasta que cada célula de tu cuerpo se estremezca gozosa, y, respondiendo al mandato: "¡Aquiétate!", instantáneamente obedezca. Hasta que cada pensamiento errabundo que ronde por tu mente se apresure a desaparecer en la nada.
Cuando así sea, a medida que esas Palabras repercutan en las profundidades de tu ser, ya ahora vacío y libre de toda sensación personal. Entonces, conforme el Sol del Conocimiento comience a brillar en el horizonte de tu conciencia. Sí, entonces, te habrás de sentir henchido de un maravilloso y extraño Hálito, que te llenará de pies a cabeza, y que no podrán contener tus sentidos, por el estado de éxtasis que ello te producirá; entonces vendrá a ti, oleada tras oleada, de un enorme e irresistible Poder, el que, surgiendo de tu interno, te elevará hasta desprenderte casi de la tierra; entonces es cuando sentirás, en ti mismo, la Gloria, la Santidad y la Majestad de Mi Presencia; Entonces, y sólo entonces, SABRAS: YO SOY, DIOS.
Y cuando así Me hayas sentido en ti mismo, en esos momentos, cuando así hayas saboreado Mi Poder, escuchado con atención Mi Sabiduría y conocido el éxtasis de Mi Amor que todo lo abarca, entonces, ninguna enfermedad podrá tocarte, ninguna circunstancia te hará flaquear, ningún adversario podrá vencerte. Porque ahora tú ya SABES: YO ESTOY en lo interno; y, en adelante, para satisfacer tus necesidades, no tendrás sino que volcarte a Mí, poniendo toda tu confianza en Mí, y dejando que Yo manifieste Mi voluntad.
Y cuando de ese modo recurras a Mí, Me hallarás siempre como el remedio infalible y constantemente dispuesto a ayudarte en tus momentos de necesidad; porque de tal manera te haré sentir la Realidad de Mi Presencia y de Mi Poder, que, para lograr cualquier cosa que necesites, sólo te bastará Aquietarte, y dejar que Yo sea el que haga lo que tú quieras hacer, ya sea ello sanar tus males o los de otros, iluminar tu mente, para que puedas ver con Mis ojos la Verdad que buscas o desempeñar perfectamente tareas que antes te parecían casi imposibles de acometer.
Pero este Conocimiento, esta Realización de mi Presencia, podrá no venir desde luego. Aun quizá no venga en muchos años, y, sin embargo, puede venir mañana mismo.
 
Ello no depende más que de Ti, sólo de Ti. No de tu personalidad, con sus humanos deseos y humana comprensión; Sino del YO SOY en ti; es decir, de Dios en tu interno.
¿Quién es el que hace que el capullo se abra en flor?
¿Quién hace que el polluelo rompa el cascarón?
¿Quién determina el día y la hora?
Es el acto consciente y natural de la Inteligencia interna en ellos, o sea de Mi Inteligencia puesta en acción por Mi Voluntad, lo que hace fructificar Mi Idea, expresándola en la flor y en el polluelo.
¿Pero tuvieron la flor y el polluelo que hacer algo de sí mismos para lograr tal cosa? No, nada; solamente sometieron o unificaron su voluntad a la Mía, dejando que Yo, con Mi Sabiduría, determinara la hora y el punto de madurez para entrar en acción; y fue entonces precisamente cuando, por el hecho de haber obedecido el impulso de Mi Voluntad, pudieron hacer el esfuerzo y dar el paso adelante, para entrar en la Nueva Vida.
Tú, en cambio, intentarás mil y mil veces, dentro de tu personalidad, romper el cascarón de tu conciencia humana; Pero de ello sólo resultará, si acaso, la ruptura de las puertas que Yo he colocado entre el mundo de las formas tangibles y el reino de los sueños intangibles; y, una vez que hayan quedado abiertas esas puertas, no podrás ya evitar, sino a costa de grandes dificultades y sufrimientos, la entrada de los intrusos a tus dominios privados.
Pero aun esto mismo, algunas veces, Yo también lo permito, a fin de que, por medio de tales sufrimientos, puedas alcanzar la fortaleza que te falta y la sabiduría que necesitas, para saber que, mientras no abandones todo deseo de conocimiento, de bondad, sí, aun de unión conmigo, con el propósito de beneficiarte sólo a ti mismo en lo personal, no podrás desplegar los pétalos de tu Alma, para mostrar la perfecta Belleza de Mi Naturaleza Divina, ni desasirte del cascarón de tu humana personalidad, ni dar el paso hacia adelante, para entrar a la gloriosa Luz de Mi Reino Celestial.
Por tanto, Yo te doy ahora, desde un principio, estas instrucciones, para que puedas ir aprendiendo la manera de reconocer-Me. Y Yo te prometo, también, desde ahora, que si persistes y te esfuerzas seriamente en obedecer Mis instrucciones, aquí dadas, muy pronto habrás de conocerme, y muy pronto, también, te haré comprender todo el contenido de Mi Palabra, dondequiera que esté escrita, o haya la más leve huella de Ella, ya sea en libros o enseñanzas, en la Naturaleza o en los hombres, tus semejantes.
Si mucho de lo escrito aquí en ésta página te pareciere contradictorio, no lo deseches; por el contrario, busca, hasta encontrarlo, Mi verdadero significado, oculto en las palabras.
Debes tener presente que toda tu búsqueda y todos tus esfuerzos deben descansar en una completa fe y confianza en Mí, tu Verdadero Ser, en lo interno, sin que te inquieten, para nada, los resultados; porque, sabe que éstos, todos están bajo Mi custodia, y, por tanto, Yo seré el que se haga cargo de ellos.
Tus dudas y tu inquietud no son sino de la personalidad, y si dejas que persistan, te habrán de conducir, tenlo bien en cuenta, tan sólo al fracaso y a la desilusión.
Sí, YO SOY esa parte más íntima de ti, que tiene su morada en tu interno, donde calmadamente espera y vigila, no reconociendo tiempo ni espacio, ya que YO SOY el Eterno e infinito, el Todo Poderoso.
 

Joseph S. Benner
 
 

martes, 5 de noviembre de 2013

Sanando aspectos compartidos con Ho'Oponopono

por Sebastián Alberoniwww.caminosalser.com
Bosque Luminoso
Imaginaremos una situación hipotética que podría darse en mi vida o en la vida de cualquier persona. Contado muy brevemente, una persona está trabajando en la finalización de un trabajo que le encargué, y si bien trabaja bien, comete varios errores concretos y es muy desprolija con los tiempos de trabajo y los tiempos que habíamos pactado para la finalización del trabajo. Intentando hacerlo desde un lugar de paz, le transmito a esta persona estas cosas que a mi entender son errores, para ver cómo los podemos corregir, y no solo no reconoce ningún error, sino que me trata muy mal y de forma muy desubicada. Lo dejo pasar, solo le digo que no estoy de acuerdo con ese trato, pero me quedo muy mal internamente.
Luego de esto puedo quedarme enganchado en pensamientos que surgen a partir de dicho conflicto y puedo darle rienda suelta a mi ego, incluso puedo imaginarme peleándome con dicha persona hasta físicamente. Pero al autoobservarme y darme cuenta de esto, veo que esa parte mía realmente no me puede llevar a nada bueno ni para mi ni para nadie, por más que en un principio parezca que desde ahí “estoy más avispado” o “no me dejo pasar por arriba”, o ideas similares.
Comienzo entonces a aplicar Ho’Oponopono, diciendo internamente y sutilmente las palabras “te amo, lo siento, perdón, gracias”, y me dedico a esto por un buen rato, con entrega, sin ninguna expectativa, entregándome a esas palabras y solo enfocándome de una forma muy sutil en la reciente situación y en la persona con la que me tocó vivir dicha situación.
Al cabo de un rato puedo sentir muy claro que toda esa situación se debió a que comparto ciertos aspectos con esta persona. Uno puede tratar de convencerse desde un lugar mental y decir “no… yo soy mucho más bueno, yo no actuaría así, etc”. Y en realidad esa otra persona que en apariencia está lejos de mi, simplemente tiene el mismo aspecto que yo tengo pero no se autoobserva, le da rienda suelta, etc.
Al seguir diciendo “te amo, lo siento, perdón, gracias” en mi interior, aparece la claridad de, primero que nada, aceptar que dichos aspectos también están en mi, y luego de esta aceptación sincera, recién ahí siento que se comienza a dar la sanación de este aspecto en mi, y esta sanación se dará en cierto grado. Remarco que todo esto no se da a nivel meramente mental ni desde el esfuerzo mental. La mente tiene su parte, si, y también es necesaria la voluntad y el enfoque, pero es un proceso a un nivel mucho más profundo, y por eso es sumamente importante hacerlo desde un estado de calma y profundidad interior.
Si al comenzar a trabajar con esta herramienta sentimos que estamos muy agitados podemos simplemente aceptar esta agitación, y permitir poco a poco que las mismas palabras, “te amo, lo siento, perdón, gracias” nos vayan aquietando, como si se tratara de un mantra, como ya lo hemos explicado antes en la herramienta Meditación(1), dejando que las palabras se vayan sutilizando en nuestra mente cada vez más, hasta que casi se desvanezcan por completo.
Si siento mis emociones bloqueadas en el cuerpo, por ejemplo, si siento una incomodidad en mi plexo solar (chakra o centro energético ubicado por encima del ombligo), es muy útil combinar esta herramienta con la herramienta Autoobservación del Cuerpo Interior(2), y también puedo ayudarme con la herramienta Respiración de Fuego y movimiento corporal(3).
Es importante también no forzar nada desde la mente superficial, para no autoengañarnos y para permitir que se de dentro nuestro un proceso verdadero. Y a no preocuparnos! Es sumamente sencillo, la clave está en dejar ir el control y permitirnos vivir y disfrutar cada paso de esta vivencia.
Siguiendo con el ejemplo, luego del reconocimiento de esos aspectos en mí y al sentir la sanación, es muy importante liberar toda expectativa. Somos una sociedad que se enfoca mucho en resultados y solemos esperar mucho el resultado concreto. No es que eso esté “mal”, pero a veces eso genera ansiedad y puede dificultar u obstaculizar este proceso que, como decíamos, se origina a un nivel más profundo de nosotros.
Entonces, repito, liberamos toda expectativa, no esperamos que la situación cambie, no esperamos “amar más” a esa persona, y sobre todo, no pretendemos que esa persona cambie. Lo único que debe importarnos aquí es el hecho de que aceptamos esos aspectos compartidos (con la persona, situación, etc), los reconocimos en nosotros, y se dio un cierto grado de sanación. No esperamos ni pretendemos que la sanación sea al 100% para nunca jamás volver a vivenciar ese aspecto en nosotros, ya que la sanación se va dando de forma gradual, de la mano de la Consciencia.
Y al liberar toda expectativa, es muy posible que, como añadidura, sin forzarlo, nos demos cuenta de que ya estamos sintiendo algo diferente hacia esa persona. Ya no prevalece el resentimiento ni el rechazo, sino que comenzamos a sentir una cálida aceptación. Podemos seguir estando en desacuerdo con el obrar de esa persona, podemos disentir sanamente(4), pero ya no está el peso del rechazo ni el sentir de la pelea interior.
De la mano de esto, también por añadidura y sin forzarlo, es muy posible que la situación con esta persona cambie notablemente, hacia algo más armónico. Es importante destacar también que nosotros no nos encargamos de sanar a la otra persona, sino al aspecto o aspectos que compartimos con ella.
A una parte nuestra le puede parecer injusto que tengamos que hacer esto nosotros, y que la persona que cometió el error, que me trató mal, etc, no haga ningún esfuerzo. Pero no nos dejemos engañar por nuestro propio ego. Al hacer este proceso somos nosotros los que recibiremos el mayor premio, que es una profunda paz y dicha interior. Es un premio que nos otorgamos a nosotros mismos al permitirnos conectar con nuestra Esencia Divina y Eterna, dejando que se disipen las interferencias, dejando que se disipen “las nubes que nos tapaban el sol”.
Autor: Sebastián Alberoni
Extracto del Curso a Distancia “Camino Espiritual Integrado
Fuente: http://www.caminosalser.com/i1634-sanando-aspectos-compartidos-con-ho-oponopono/