No darle consejos a otro.
Sabiendo esto, nadie debería tratar de aconsejar a otro. EL DIOS EN CADA UNO
ES EL ÚNICO QUE SABE LO QUE MÁS LE CONVIENE A CADA INDIVIDUO.
Todo aquel que experimente
una actividad discordante debería dirigirse a un lugar donde pueda estar en
completo silencio y que no se le interrumpa. Luego, haciendo lo mejor que
pueda, debe entrar al, Gran Silencio y, aquietándose, decir: «“¡Magna
Presencia YO SOY!” Exijo que se me haga conocer la actitud correcta y actividad
que yo debo asumir para ajustar y solucionar este problema!» Si la
respuesta no viene de inmediato, debe volver a entrar todos los días al
Silencio y continuar exigiendo que se le dé la Respuesta Divina. Debe exigir
también que se le muestre, a través de la Visión Interna, todos los detalles
que deben ejecutarse. Entonces, de repente, posiblemente cuando menos lo
espere, entrará a su conciencia externa la Solución totalmente incuestionable
al problema o situación que le estaba aquejando.
Darse a la fuga. En
vista de que es imposible que el individuo pueda escapar de alguna situación o
problema, esto le aclarará toda la cuestión, y le revelará si está siendo
sometido bajo alguna influencia hipnótica o si está llevando a término una
obligación justa.
EL BIEN OCULTO
De permitir Yo que mi Amor
por mis estudiantes se desbordara y pretendiera aconsejarlos, podría estar
interfiriendo con una oportunidad de inmenso valor para ellos. El que Yo sepa
algo no me autoriza a quitarle una valiosa oportunidad a un estudiante. Nadie
debería sentirse angustiado o perder toda esperanza a causa de las condiciones
externas, cuando algunos breves momentos de contemplación pueden revelar el
hecho de que sólo hay Un Poder, Una Energía o Actividad que usar o que está
siendo usada —¡la cual es Dios! Cuando se depende de esta Suprema “Presencia” y
se exige de Ella la solución correcta a cualquier problema o situación, éstos
se solucionarán o ajustarán con la más maravillosa Actividad Divina. La
Solución Divina trascenderá con creces todo aquello que la mente externa pueda
concebir, aún si contara en sí con el poder del logro.
Al saber que la mente
externa o conciencia es un poderoso vehículo a través del cual puede dirigirse
conscientemente la tremenda Energía de Dios, entonces sabemos que en todo
momento tenemos a nuestro alrededor la más poderosa Presencia de Protección y
Dirección así como también el Supremo Solucionador y Ajustador de toda
condición que la oportunidad nos pueda obsequiar. El individuo se ahorraría
mucha angustia si, ante el primer indicio de cualquier discordia que trate de
entrometerse, saltara —como quien dice— dentro del Corazón de esta Magna
“Presencia” y dijera: “Aparentemente lo externo ha cometido un error. Invoco
Tu Ley del Perdón. Procura que esta cuestión sea ajustada rápida y completamente”
Asume una empuñadura firme sobre la “Presencia” Interna para que se imponga
sobre toda inarmonía, y para que haga desaparecer permanentemente toda
condición equivocada. LA ACCIÓN MÁS ALTA Y RÁPIDA CONSISTE SIEMPRE EN
INVOCAR LA GRAN PRESENCIA “INTERNA”. La Energía de Dios siempre actúa de
acuerdo a la conciencia que de Ella tenemos. La oportunidad es un maestro muy
deficiente; eres tú quien siempre ha de gobernarla. Utiliza la oportunidad, mas
nunca dejes que ella te utilice a ti.
Fuente: INSTRUCCIÓN DE UN MAESTRO ASCENDIDO SAINT
GERMAIN Pág. 4-5.
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