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martes, 24 de septiembre de 2013

Mi bienestar es lo primero

"Recordad que el secreto de la felicidad está en la libertad, y el secreto de la libertad, en el coraje"
Tucídides
En algún momento, me parecía egoísta este planteo. Hoy cuando pienso en ese parecer que sostenía, me pregunto qué nos pasa a veces que estamos tan desconectados de nosotros mismos, que nos parece mal que nuestro bienestar tenga primacía en nuestra vida. ¿De qué manera fuimos perdiendo el contacto con nosotros para no elegir lo que nos hace bien? Cuando éramos chicos estábamos acostumbrados a decir lo que nos molestaba, solíamos estar con las personas con las que lo pasábamos bien y no poner atención o energía a lo que nos hacía mal. Teníamos la capacidad de llorar cuando hacía falta para estar completamente  felices al momento siguiente.
Pero en alguna parte del camino, empezamos a hacer más importante lo que pensaban los otros que lo que sentíamos nosotros. Cometimos el error de darle autoridad a la mirada de los demás por encima de la nuestra. Buscamos la brújula afuera en lugar de dejarnos guiar por nuestra propia guía. Hicimos más importante –algunas veces- lo que otros decían en lugar de lo que nosotros sentíamos.
Y así seguimos hasta llegar aquí.
En algunos casos, esa pérdida en la capacidad de escuchar las emociones, hizo que el cuerpo tuviera que dar avisos. Nuestra falta de respeto y de cuidado por nosotros mismos, se tradujo en alguna enfermedad. Pero aun así, algunas veces, no estuvimos dispuestos a escuchar. Seguimos creyendo en nuestras explicaciones. Tratamos de vendernos a nosotros mismos que las explicaciones son lo mismo que los resultados. No sé si nos negamos a aprender o no sabemos cómo regresar a nosotros mismos.
Sé que el camino no es fácil al comienzo. Muchas veces vamos a necesitar regularnos. En otras, animarnos a sentir y escuchar ese sentir. En otras, desapegarnos del dolor, o de situaciones.
En cualquier caso, lo más inteligente es comenzar. La sabiduría -que hace al ser que somos - estará allí esperándonos, como siempre, con los brazos abiertos. Solo necesitamos decidirnos a regresar a nosotros. Hacer que nuestro bienestar sea nuestro principio, no puede sino ser un aporte a la vida de los otros y también al planeta. ¿Por qué? Porque cuando crecemos en conciencia, cuando nos conectamos con nosotros, es imposible hacer mal a algo o alguien sin sentirse mal. Y porque si aprendemos a amarnos, a respetarnos, a escucharnos, entonces podremos hacerlo con los demás, pero como siempre, todo comienza en casa, es decir, con uno mismo.

Muchas gracias por leerme
Un saludo muy calido

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